Hola, todos/as
¿ Quién no ha tenido nunca dudas a la hora de escoger y saber qué tipo de harina nos sería más saludable, la integral o la blanca?
Pues bien, en este post os detallo algunas diferencias y propiedades para que podáis escoger mejor si queréis llevar una alimentación más saludable.
¡ESPERO QUE OS SIRVA!
La harina integral nos aporta energía de liberación lenta, por lo que nos mantiene activos más tiempo. Al ser más rica en fibra, favorece el tránsito intestinal y la eliminación de líquidos
Esa es una duda muy habitual entre los que desean llevar una dieta más saludable o bien, los que padecen algún trastorno digestivo que no les permite comer cualquier tipo de harinas. Por ello, hay que saber las diferencias entre ambas opciones, para saber cuál escoger.
Diferencias
La harina integral es la que se obtiene cuando se muelen los granos de trigo entero, simplemente para que pueda ser más comestible y digerible. Tiene un color café no homogéneo y se pueden hacer todo tipo de preparaciones tales como panes, pastas, galletas o tortillas. Al comer alimentos con base en harina integral aportamos a nuestro cuerpo fibras, vitaminas B y E, ácidos grasos, magnesio, hierro, potasio, zinc y manganeso. Además, no tiene un alto índice glicémico, favoreciendo a una saciedad más prolongada y evitando el exceso de glucosa o insulina en sangre.
Por el otro lado, la harina refinada (o harina blanca), se fabrica removiendo salvado y germen de trigo, moliendo únicamente el endospermo. Se utiliza para la gran mayoría de las preparaciones que consumimos o que venden a diario: pasteles, pastas, galletas, panes, etc.
Su popularidad se debe a que dura más, su color es homogéneo y es más rentable para el consumidor. En cuanto a la nutrición, la harina refinada es puro almidón, o sea, carbohidrato alto en calorías, sin fibras ni micronutrientes.
Elaboración de recetas con harina integral
En realidad, cualquier preparación que lleve harina blanca puede realizarse con harina integral. Los que aman la cocina, pueden comenzar a utilizar este ingrediente para sus comidas. El sabor es diferente, por lo que también se necesitará acostumbrarse a él.
Con harina integral se pueden preparar muffins salados o dulces, panes clásicos, panes con especias, panes con verdura, panes con frutos secos, panes con multicereales, tartas, pizzas, pastas, galletitas, entre otras.
Es necesario saber cuáles son las proporciones para cada caso y siempre buscar una receta fácil para aquellos que están dando los primeros pasos sin usar harina refinada. No habrá demasiadas variaciones en cuanto a confección, pero tal vez lleve más tiempo aprender a pensar “de manera integral”. También podéis utilizar las recetas favoritas cambiando la harina, para comparar sabores y sobre todo, cómo nos sentimos en los días sucesivos a la ingesta.
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